por Ichiru Kiryu Sáb Sep 26, 2009 8:04 pm
Quizá había echo mal en tanto preguntar, pero ya que, ya estaba echo y no iba a dar marcha atrás en sus palabras. Llevó la mano libre a uno de los bolsillos de aquella gabardina y de ella sacó una pequeña caja. Con un movimiento del pulgar la abrió y con ayuda de los labios tomó uno de aquellos palos, dulces de navidad blancos y rojos; un simple caramelo en forma de bastón.
Extendió la mano con la caja frente su hermano, por si quería alguno.
-Así es… están preparando el evento de Halloween -. Se de tuvo en su explicación para saborear unos instantes el dulce palo -. Aunque no entiendo porque quieren prepararlo “mejor”, aquella ciudad da miedo de verdad aun sabiendo todo lo oculto en la vida.
Suspiró recordando aquel perro fantasma que le había salido de la nada, tirándolo al suelo del susto. Jugueteó unos instantes con el palo en su boca, como si simplemente estuviera lamiendo una simple paleta.
-Ooh… eso sonó muy aburrido por parte de Zero. Debería de buscar algo que hacer y así no acabaría en lugares como éste, en los que no se ve a más de dos pasos.
Ante aquellas últimas palabras se detuvo en seco, sabía que era cierto pero no iba a permitir que alguien que no fuera él mismo acabara con la vida de su hermano, y quizá para desgracia de los cazadores ese propósito había desaparecido de su lista tiempo atrás. Apretó un tanto los dedos en su brazo, observando en la dirección que creyó que estaría el rostro de el mayor.
-No digas eso… seguro el maestro impedirá eso, si es que sobrevivió, cosa que seguro es lo más posible. - Plegó la caja en el bolsillo nuevamente y extendió la mano hasta posarla donde se encontraba la otra - Zero no se dejará matar, ¿verdad? Porque Zero es fuerte y valiente, no se rendirá y si se rinde lo mataré antes que ellos.
No pudo evitar soltar aquel comentario como cual saluda, como si fuera lo más normal del mundo. Por unos instantes su rostro se mantuvo completamente serio, pero en poco, toda seriedad se desvaneció para sonreír. Torció los labios aún con aquella sonrisa, tratando de poder hablar de algo que no fuera de muertes o cosas semejantes.
-¿Zero se conoce ya bien la ciudad?