Por un momento creyó haber escuchado mal, sabía bien que su hermano le quería o al menos eso quería creer tiempo atrás aún con todo lo ocurrido. Quiso deshacer aquel abrazo para verle fijamente a los ojos pero de nuevo le escuchó. Sonrió entrecerrando la mirada, aquel pensamiento de apartarse se deshizo en una simple bocanada de aire.
Un largo escalofrío recorrió su cuerpo entero ante aquel susurro a la vez que sus mejillas de nuevo se teñían. Frunció el gesto y desvió el rostro a un lado.
-Zero sabe… que le quiero mucho… no entiendo porque me preguntas eso ahora. - Volvió la mirada al mayor, deshaciendo cualquier gesto enfadoso pero manteniendo cierta seriedad en ello. - Quiero demasiado a Zero, te quiero solo para mi aunque ello sea egoísta.
Calló, podía seguir diciendo mil y una palabras pero sabía que todas y cada una de ellas dirían lo mismo. Tomó todo el aire posible y lo dejó escapar en un rápido suspiro. Movió sus manos deshaciendo al fin aquel abrazo para colocarlas sobre el pecho del mayor, acariciando su cuerpo por sobre la ropa en el pequeño recorrido.
-Puedo entender parte de lo que me quieres decir… aunque digas que no puedes expresarte. - Aquellas últimas palabras las canturreó como si temiera que el ambiente fuera a ponerse tenso en cualquier momento; rió por lo bajo mientras una de sus manos ascendía para acariciar la mejilla ajena. - Pero quiero escuchar de tus labios, si de verdad Zero me ama como yo a ti… Zerorin.
Sonrió ladino y acercó su rostro al del mayor hasta quedar a meros milímetros, observando cada gesto de su rostro y aquella mirada violácea parecida a la propia.
Un largo escalofrío recorrió su cuerpo entero ante aquel susurro a la vez que sus mejillas de nuevo se teñían. Frunció el gesto y desvió el rostro a un lado.
-Zero sabe… que le quiero mucho… no entiendo porque me preguntas eso ahora. - Volvió la mirada al mayor, deshaciendo cualquier gesto enfadoso pero manteniendo cierta seriedad en ello. - Quiero demasiado a Zero, te quiero solo para mi aunque ello sea egoísta.
Calló, podía seguir diciendo mil y una palabras pero sabía que todas y cada una de ellas dirían lo mismo. Tomó todo el aire posible y lo dejó escapar en un rápido suspiro. Movió sus manos deshaciendo al fin aquel abrazo para colocarlas sobre el pecho del mayor, acariciando su cuerpo por sobre la ropa en el pequeño recorrido.
-Puedo entender parte de lo que me quieres decir… aunque digas que no puedes expresarte. - Aquellas últimas palabras las canturreó como si temiera que el ambiente fuera a ponerse tenso en cualquier momento; rió por lo bajo mientras una de sus manos ascendía para acariciar la mejilla ajena. - Pero quiero escuchar de tus labios, si de verdad Zero me ama como yo a ti… Zerorin.
Sonrió ladino y acercó su rostro al del mayor hasta quedar a meros milímetros, observando cada gesto de su rostro y aquella mirada violácea parecida a la propia.