Recién llegada, desorientada y, como la mayoría del tiempo, sola, con un poco de indecisión, a las horas del crepúsculo decidió ir a conocer un poco del lugar que seria su nuevo hogar. Después de caminar tranquilamente por las calles, intentando memorizar todo lo que veía, sin prestar atención a nadie, terminó llegando hasta la gran plaza.
Se paró un momento para observarla con detenimiento y tras dar un suspiro, cruzándose de brazos se dirigió hacia un banco de piedra que estaba libre para descansar un rato. En la plaza habían muy pocas personas, cosa que en cierto modo le agradaba, al menos de momento. Se sentó con suavidad y recogió una pierna, apoyando el zapato sobre el banco, se abrazó a esta y posó el mentón en la rodilla, para observar a las pocas personas que habían ahí sin mucho interés.
Se paró un momento para observarla con detenimiento y tras dar un suspiro, cruzándose de brazos se dirigió hacia un banco de piedra que estaba libre para descansar un rato. En la plaza habían muy pocas personas, cosa que en cierto modo le agradaba, al menos de momento. Se sentó con suavidad y recogió una pierna, apoyando el zapato sobre el banco, se abrazó a esta y posó el mentón en la rodilla, para observar a las pocas personas que habían ahí sin mucho interés.