por Tetsu Mar Dic 22, 2009 1:03 am
No podía sino curvar sus labios en ligeras y casi imperceptibles sonrisillas al percatarse de cómo su amante le robaba un poco de los spaghettis del plato con el tenedor, seguramente consiente de que si seguía bebiendo sin la compañía de comestibles caería irremediablemente en la ebriedad, y eso no hubiera sido para nada bueno en esta noche en particular…Pues Tetsu se esforzaría para que su dulce gatito recordara cada momento de esta velada, su intención era que se hiciera inolvidable para ambos, pues a pesar de que el moreno si había tenido momentos así antes en su vida junto a Dorian, no había punto de comparación con lo que sentía ahora. Eran amores diferentes…ambas relaciones eran demasiado diferentes como para ponerlas en la misma balanza. Y con esto no quería pensar que su antigua relación no había valido ni pretendía quitarle importancia, porque sin duda fue realmente importante en su vida, pero ahora era Kai y no Dorian quien construía su felicidad, y eso debía rescatarlo.
El cuerpo del rubio pareció apoyarse en el propio al momento de ponerse de pie, y como era de esperarse el moreno no dudo en sostenerlo con algo mas de firmeza borrando así cualquier posibilidad de que su amante perdiera el equilibrio. Entonces se topo con aquel par de orbes azuladas, seguido de aquellas palabras ante las cuales respondió esbozando una sonrisa muy cerca del rostro del menor, rozando la punta de su nariz con la contraria sutilmente antes de acercarse a sus labios para hablar sobre estos- no necesitas detener el tiempo mi gato, porque desde hoy cada día juntos será tan especial como ahora, y me esforzare porque así sea –dijo con algo de ternura, antes de encontrar sus labios con los del joven, uniéndolos suavemente, primero en roces superficiales solo de labios, para luego abrirse paso por estos permitiéndole a su lengua jugar con la contraria, sintiendo aun el sabor del licor dulce en su boca cosa que le agradó. Sus ojos se mantuvieron cerrados todo lo que duro aquel contacto sublime, deleitándose con la magia de sentir en aquel beso, todo lo que no había sentido en los últimos años de su vida.
Así mientras el beso seguía profundizándose, sin dejar de lado aquella cuota de dulzura en cada acción, la noche seguía transcurriendo guardando mas sorpresas, pues pretendía fuera una jornada única de principio a fin. Estrecho la cintura del joven provocando que ambos cuerpos quedaran más juntos uno del otro, separándolos tan solo la tela de las batas que aun vestían. Llevó su mano derecha al rostro del estudiante, rozando con suma delicadeza una de sus mejillas, apenas con la punta de los dedos en una caricia suave, para luego terminar apoyando la palma en aquella tersa piel, sin dejar de acariciar el rostro del contrario mientras el beso continuaba de la misma manera mágica que antes, como si sus almas se fundieran en él.