Ya hacía varios dios que algo no iba bien, quizá el menor de los gemelos estaba por despertar aquel lado vampiro que le había dado un simple mordisco. Había caído la noche, esperaba no despertarlo, pero le dudaba mucho.
Caminó por los pasillos de aquella academia en dirección a los dormitorios, sabía que ahí encontraría a Ichiru. Al llegar frente aquella puerta pudo notar como un aura negra salía de aquel lugar, como esperaba, había llegado justo al momento del despertar. Picó suavemente la puerta pero al no recibir respuesta alguna se adentró, por suerte no había pasado el pestillo y pudo entrar sin problema.
No necesitó prender la luz para ver un par de orbes rojizas, brillantes ante aquella amplia oscuridad.
-Que lástima… parece que ya caíste. Al menos no has tardado tanto como tu hermano.
Sonrió ladino y se aproximó a él, había bebido sangre de aquella persona que le había convertido así que seguro no caería en aquel lamentable Nivel E.
Caminó por los pasillos de aquella academia en dirección a los dormitorios, sabía que ahí encontraría a Ichiru. Al llegar frente aquella puerta pudo notar como un aura negra salía de aquel lugar, como esperaba, había llegado justo al momento del despertar. Picó suavemente la puerta pero al no recibir respuesta alguna se adentró, por suerte no había pasado el pestillo y pudo entrar sin problema.
No necesitó prender la luz para ver un par de orbes rojizas, brillantes ante aquella amplia oscuridad.
-Que lástima… parece que ya caíste. Al menos no has tardado tanto como tu hermano.
Sonrió ladino y se aproximó a él, había bebido sangre de aquella persona que le había convertido así que seguro no caería en aquel lamentable Nivel E.