El sol ya había salido hacía horas y desde su lugar podía observar el ir y venir de los diferentes alumnos. Estaba mas que aburrido, y solo ver, no le divertía. Sus labios se abrieron en un bostezo, aunque no por sueño, así que dejó de ver el ir y venir de cientos de personas desconocidas para él y tomó asiento en uno de los fríos bancos debido a la noche lluviosa. De uno de sus bolsillos sacó un chocolate y lo llevó a los labios, sin morderlo, solo sosteniéndolo en ellos a la vez que alzaba la mirada al nublado día.
- “Al menos hoy no da mucho el sol…”- pensó.
En uno de los rincones del banco había dejado su libreta de dibujos y un lápiz, cogió ambos objetos y tras abrir la libreta por una de las hojas en blanco sus dedos empezaron a mover aquel lápiz en un boceto.
No supo bien la razón, pero cuando aquellos garabatos empezaron a tomar forma pudo distinguir que no dibujaba más que a una persona muy familiar para él. Al reaccionar, dio un brinco en su lugar y tras dejar que sus mejillas se tiñeran cerró en seco la libreta.
- “Al menos hoy no da mucho el sol…”- pensó.
En uno de los rincones del banco había dejado su libreta de dibujos y un lápiz, cogió ambos objetos y tras abrir la libreta por una de las hojas en blanco sus dedos empezaron a mover aquel lápiz en un boceto.
No supo bien la razón, pero cuando aquellos garabatos empezaron a tomar forma pudo distinguir que no dibujaba más que a una persona muy familiar para él. Al reaccionar, dio un brinco en su lugar y tras dejar que sus mejillas se tiñeran cerró en seco la libreta.