Hacía un par de días que le había llegado una carta del Pet Shop, al parecer Yue le pedía que se acercara con lo que pensó que simplemente sería una pequeña revisión, en lo que había estado allí había visto algunas “mascotas” ya vendidas que asistían a revisiones para comprobar su salud. El día citado le pidió a Kaoru-san que le dejara salir y tras despedirse corrió rumbo al lugar.
Con suma confianza se adentró y saludó al dependiente quien se alegró de verle bien. El hombre le señaló el interior y le dijo que alguien le estaba esperando en una de las habitaciones.
Algo confuso se encaminó al interior, a paso tranquilo y con enorme curiosidad por saber de quien se trataba. No tardó mucho en llegar a la habitación indicada, se detuvo frente la puerta y picó suavemente la puerta.
-¿Se puede? - pidió permiso, nunca había entrado a la habitación de un desconocido sin pedir permiso antes.
Con suma confianza se adentró y saludó al dependiente quien se alegró de verle bien. El hombre le señaló el interior y le dijo que alguien le estaba esperando en una de las habitaciones.
Algo confuso se encaminó al interior, a paso tranquilo y con enorme curiosidad por saber de quien se trataba. No tardó mucho en llegar a la habitación indicada, se detuvo frente la puerta y picó suavemente la puerta.
-¿Se puede? - pidió permiso, nunca había entrado a la habitación de un desconocido sin pedir permiso antes.